Arte prehispánico

La exhibición permanente contiene objetos representativos de todas las áreas y períodos en la arqueología prehispánica de Guatemala. La exhibición está organizada en orden cronológico, y abarca desde los primeros indicios de presencia humana en el territorio de Guatemala, hasta la época de la conquista española.

Para el estudio de los pueblos antiguos de Guatemala, es conveniente distinguir tres regiones geográficas:

  • La Costa Pacífica: Planicie amplia y fértil que desciende suavemente desde la cadena volcánica hasta el océano. En el pasado, fue una ruta importante para el comercio y las migraciones.
  • El Altiplano: Región montañosa rica en recursos minerales tales como la obsidiana y el jade. Los múltiples valles rodeados de cordilleras proveyeron un escenario para una variedad de desarrollos culturales. Puede subdividirse a su vez en Altiplano central, occidental, oriental, y norte.
  • Las Tierras Bajas: Una gran planicie de roca caliza con elevaciones bajas, caracterizada por sus suelos delgados y falta de fuentes permanentes de agua en muchas regiones. Esta región fue el escenario para el desarrollo de la civilización maya.

Paleoindio (15,000 – 9,000 A.C.)

El objeto más antiguo de la colección del museo es una punta de proyectil de obsidiana, encontrada en Nahualá, en el altiplano occidental de Guatemala, que data de alrededor de 9,000 años AC. Esta punta es del tipo Clovis, que se caracteriza por presentar una acanaladura vertical en un solo lado, que parte de la base y se extiende aproximadamente un tercio de la longitud de la punta. Este tipo de puntas fue utilizado ampliamente en Centroamérica y América del Norte. El ejemplar del Museo Popol Vuh es uno de los pocos que se han encontrado en Guatemala.


Arcaico – Preclásico (9,000 – 1,500 A.C.) – (1,500 A.C. – 250 D.C.)

El período arcaico abarca la transición hacia el descubrimiento de la agricultura y el establecimiento de las primeras aldeas sedentarias. Los datosmás recientes sitúan el cultivo incipiente del maíz en la costa sur de Guatemala hacia el año 4000 AC. Para el período preclásico temprano (1,500-800 AC) ya existían poblaciones agrícolas permanentes, y hay indicios de que se organizaban políticamente como cacicazgos.

Durante el período preclásico medio (800-300 AC) los de la costa sur de Guatemala participaron plenamente en la esfera de interacción cultural olmeca, y produjeron finos objetos de cerámica, jade y esculturas de piedra en este estilo distintivo. Para esta época, tanto en el Petén como en la costa sur se desarrollaron grandes centros con edificaciones de escala monumental, que se explican como expresión del creciente poderío de los jefes, que controlaban poblaciones cada vez más densas.

Uno de los centros más importantes del preclásico tardío (300 AC-200 DC) fue Kaminaljuyu, situado en el valle de Guatemala. Además de su gran tamaño y el volumen arquitectónico de sus edificaciones, Kaminaljuyu es notable por contar con un sistema de canales de irrigación que aprovechaban el agua del lago de Miraflores, ahora extinto. La gran riqueza de algunos entierros de la época es indicativa del poderío y riqueza de los señores de Kaminaljuyu, que también se expresa en el arte escultórico, que muchas veces presenta temas guerreros. En las esculturas de Kaminaljuyu y algunos sitios de la costa sur se encuentran los ejemplos más antiguos de escritura jeroglífica que se conocen en Guatemala.
Nuestra exhibición incluye finos ejemplos de cerámica del preclásico medio y tardío, de Kaminaljuyu y la costa sur, así como una muestra de esculturas del preclásico tardío, que ejemplifica la variedad de géneros y motivos iconográficos presentes en estos monumentos.


Clásico Temprano (250 D.C. – 600 D.C.)

Al final del período preclásico, las sociedades mesoamericanas habían alcanzado un alto grado de complejidad, sofisticación tecnológica y esplendor artístico. La transición al período clásico presenció cambios significativos, que incluyeron movimientos de población entre diferentes regiones, la caída de muchos centros importantes del preclásico, y el surgimiento de nuevos centros de poder. En las tierras bajas del norte se adoptó la escritura jeroglífica como un medio primordial de comunicación en el arte monumental. Durante esta transición también apareció la cerámica pintada en varios colores, que habría de convertirse en uno de los elementos distintivos del arte maya clásico. Nuestra exhibición incluye ejemplares notables de la cerámica policroma de esta época.

De importancia extraordinaria durante el período clásico temprano fue el crecimiento de la ciudad de Teotihuacan, en el centro de México. Hay indicaciones de que Teotihuacán ejerció fuerte presencia en Guatemala, y algunas partes del país pueden haber quedado temporalmente bajo su dominio. Esto se refleja en numerosos objetos de la cultura material, inspirados en el arte de esa metrópolis. El museo posee numerosos ejemplares de cerámica elaborada localmente en el estilo teotihuacano, que incluye tapaderas de incensarios procedentes de la costa sur, vasos cilíndricas trípodes con diversos tipos de decoración y otros objetos. De especial interés son los incensarios extraídos de las aguas del lago de Amatitlán, utilizados en rituales seguramente asociados con el lago, y luego depositados en el fondo del mismo.


Clásico Tardío (600 D.C. – 900 D.C.)

En el periodo clásico tardío, las ciudades de las tierras bajas del norte alcanzaron su máximo esplendor, al tiempo que la población creció hasta alcanzar su punto más alto, para luego decaer abruptamente tras el colapso de las grandes capitales. Los textos jeroglíficos de esta época permiten reconstruir muchos detalles de la vida política y ritual de los reyes, y revelan un cuadro muy complejo de interacción entre las ciudades y sus dinastías gobernantes. El museo posee una rica colección de cerámica pintada de este período, que refleja el surgimiento de una serie de estilos regionales. Muchas vasijas de la colección presentan escenas relacionadas con la mitología y la religión, incluyendo figuras de dioses y una variedad de escenas rituales. Muchas piezas también presentan textos jeroglíficos, con frecuencia marcas de propiedad que designan al propietario de la vasija y en ocasiones dan el nombre del artista que pintó la pieza.


Posclásico (900 D.C. – 1,500 D.C.)

El final del clásico tardío presenció el colapso de la civilización maya clásica. La población de las tierras bajas se redujo fuertemente, y muchos centros fueron abandonados. Los pueblos del altiplano y la costa pacífica experimentaron cambios igualmente significativos. Sin embargo, el postclásico no debe entenderse como un período decadente, excepto en las regiones de las tierras bajas que quedaron despobladas. Entre las innovaciones que trajo el postclásico se encuentra la introducción de los metales. Por primera vez, los pueblos mesoamericanos utilizaron el oro y el cobre en pequeñas cantidades.

La cerámica plomiza se distingue por sus tonos lustrosos, naranjas o grises, y por presentar una variedad de diseños de animales y seres sobrenaturales. Esta cerámica fue elaborada en la zona costera del Soconusco, en el estado de Chiapas, México, y posiblemente también en áreas adyacentes de Guatemala. Fue muy apreciada durante el clásico tardío y el postclásico temprano, y se difundió por medio de redes comerciales a todo lo ancho de Mesoamérica.