El final del clásico tardío presenció el colapso de la civilización maya clásica. La población de las tierras bajas se redujo fuertemente, y muchos centros fueron abandonados. Los pueblos del altiplano y la costa pacífica experimentaron cambios igualmente significativos. Sin embargo, el postclásico no debe entenderse como un período decadente, excepto en las regiones de las tierras bajas que quedaron despobladas. Entre las innovaciones que trajo el postclásico se encuentra la introducción de los metales. Por primera vez, los pueblos mesoamericanos utilizaron el oro y el cobre en pequeñas cantidades.
La cerámica plomiza se distingue por sus tonos lustrosos, naranjas o grises, y por presentar una variedad de diseños de animales y seres sobrenaturales. Esta cerámica fue elaborada en la zona costera del Soconusco, en el estado de Chiapas, México, y posiblemente también en áreas adyacentes de Guatemala. Fue muy apreciada durante el clásico tardío y el postclásico temprano, y se difundió por medio de redes comerciales a todo lo ancho de Mesoamérica.