Conferencia virtual: Apicultura maya, nuestras abejas y el balché

Por: Miguel Torres, Eunice Enríquez y Adolfo Iván Batún Alpuche.

Resumen de la ponencia de la Dra. Eunice Enríquez. Guatemala cuenta con alrededor de 400 especies de abejas nativas, de las cuales 33 son abejas sociales, con nidos permanentes y diferenciación de castas; que producen cera, polen y propóleo; utilizados por los antiguos mayas como alimento, medicina y en contextos rituales. En la actualidad aún encontramos poblaciones que siguen criando estas abejas con las mismas técnicas que las culturas prehispánicas. La Melipona Beechei fue una de las especies más utilizadas por los antiguos pobladores de Mesoamérica debido a su docilidad y calidad de la miel que produce.

Resumen de la ponencia del Dr. Miguel Torres. El balché es una bebida fermentada que fue consumida por los mayas antiguos y también por los contemporáneos, en rituales y ceremonias. Se prepara mezclando agua con miel de abejas de especies nativas, dentro de la corteza del árbol del balché, donde se fermenta para obtener una bebida alcohólica que podía llegar a causar adicción, debido a otras sustancias alucinógenas que comunmente se mezclaban con el licor como hongos psicotrópicos, el veneno del sapo Bufo marinus, etc. Se sabe que en algunos casos se administraba por vía anal, por medio de enemas.  
Aún se discute la producción de miel alucinógena en jardines donde se sembraban Turbina corymbosa e Ipomoea violacea.

Resumen de la ponencia del Dr. Iván Batún Alpuche. Desde tiempos prehispánicos, los pobladores de Cozumel se dedicaron al cultivo de abejas de la especie Melipona beechei; aspecto que se menciona en los reportes y narraciones de los primeros europeos que llegaron en el siglo XVI.Investigaciones arqueológicas realizadas al sur del sitio por el “Proyecto Arqueológico Buena Vista”, bajo la dirección de nuestro ponente, han revelado el manejo silvicultural para la crianza de especies melíferas mediante un complejo sistema de apiarios prehispánicos, adosados a los muros de piedra que delimitaban los solares de la siembra; en donde se producían miel y cera.

Finalmente, Camilo A. Luin, curador del Museo Popol Vuh, analizará algunas de las páginas de la famosa sección de las abejas contenida en el Códice de Madrid.