Conferencia en línea: ¿Por qué son los metates buenos para pensar?

Mujeres, metates y mitos

Por Oswaldo Chinchilla Mazariegos

Es profesor asociado de Antropología y curador en el Museo Peabody de la Universidad de Yale. Es arqueólogo especializado en las complejas sociedades de la antigua Mesoamérica. Sus intereses de investigación incluyen el arte, la religión y la escritura mesoamericana, el estudio del urbanismo antiguo y la complejidad social, con un enfoque especial en la Costa de El Pacífico de Guatemala, así como la historia de la arqueología en Guatemala. Ha realizado extensas investigaciones de campo, particularmente en la antigua ciudad de Cotzumalguapa. Sus libros “Art and Myth of the Ancient Maya” (2017) e “Imágenes de la mitología maya” (2011) ofrecen visiones innovadoras y avances metodológicos en el estudio de la religión y el arte de los antiguos mayas. Publicó un volumen sobre las esculturas de Cotzumalguapa,  en la prestigiosa serie Corpus of Maya Hieroglyphic Inscriptions (2017).

Los metates o piedras de moler han sido objetos de uso común en Mesoamérica. Son objetos humildes y sencillamente funcionales. Pero, además de sus funciones prácticas para la preparación de alimentos en la vida diaria, son, empleando la frase afortunada de Lévi-Strauss, “buenos para pensar”.

En Mesoamérica, la molienda diaria del maíz ocupó gran parte del tiempo y el trabajo de las mujeres hasta el advenimiento de los molinos de motor,  a fines del siglo XX. Los metates se identifican como implementos esencialmente femeninos y, en algunas fuentes etnográficas, se les compara con el cuerpo mismo de la mujer. Por otro lado, en muchos idiomas mesoamericanos, se designan con los mismos términos que se utilizan para designar las muelas de la boca. En esta plática se examina un conjunto de temas que se traslapan entre sí, relacionados con las mujeres y los metates, las muelas y el dolor de muelas, cuyos significados pueden explicarse a la luz de testimonios etnográficos y narraciones mitológicas procedentes de diversas regiones. Los resultados de esta exploración se emplean para interpretar la iconografía de un conjunto de figurillas femeninas,  procedentes de la Costa Pacífica de Guatemala.