El legado de los reyes

La civilización maya es una de las culturas antiguas más importantes del mundo. Durante más de 2,000 años, los mayas edificaron ciudades, poblando gran parte de los territorios de Guatemala, México y Belice. El comercio a larga distancia y las relaciones con otras culturas mesoamericanas fueron actividades fundamentales para su desarrollo, que dejaron un sinnúmero de vestigios en las entrañas de la selva tropical de dicha zona geográfica.

En cada una de estas ciudades, una dinastía gobernante regía la sociedad, basándose en principios religiosos y mitológicos heredados directamente de los dioses. Los grandes reyes legitimaban su poder mediante rituales públicos, plasmados en murales, monumentos, cerámica y otros soportes.

De esta forma inmortalizaban su legado, tratando de garantizar que su linaje sobreviviera al paso de los siglos, buscando trascender a través del tiempo, que poco a poco fue mermando su civilización. Además, las élites gobernantes eran instruidas desde la infancia en escritura, astronomía y otras artes, para luego asumir cargos administrativos importantes. Las escenas de la vida cortesana fueron plasmadas en gran parte de los objetos de la cultura maya, conservados hasta la época actual, que nos ofrecen una ventana al pasado, ayudándonos a comprender diferentes aspectos de su sociedad.

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Plato con esteras

Tierras Bajas Mayas
Periodo Clásico Tardío (700-900 d. C.)
Las representaciones de peces, lirios de agua y el fondo negro son características del inframundo, mientras que el signo central es identificado como un petate o estera, símbolo de la realeza maya.

Señor entronizado

Tierras Bajas Mayas
Periodo Clásico Tardío (700-900 d. C.)
Un gobernante maya aparece sentado en su trono. Varios personajes lo rodean y le presentan tributo.

Vaso con enano

Tierras Bajas Mayas
Periodo Clásico Tardío (700-900 d. C.)
Los enanos fueron frecuentemente incluidos en las escenas cortesanas. Aparecen atendiendo a los reyes.

Altar 1 de naranjo

Dedicado en el año 593 d. C. por el rey Aj Numsaaj Chan K’ihnich, constituye uno de los ejemplos de escritura maya más finos conservados hasta la actualidad. El texto menciona al inicio la entronización en tiempos mitológicos de una deidad conocida como “serpiente de la nariz cuadrada”, personaje al que se le atribuye la formación de dinastías, no solo en Naranjo, sino que también en otras latitudes del área maya. Además de convertirse en un rey primigenio, dicho ser también invoca a otro personaje, quien puede ser uno de los dioses patrones del sitio. En su parte central, el texto cambia el orden de lectura típico (de izquierda a derecha, de arriba hacia abajo y en doble columna) para leerse tres columnas de una sola vez. Es en esta sección en donde el rey de Naranjo se jacta de ser el trigésimo quinto sucesor de la deidad fundadora y también del dios jaguar del inframundo. Posteriormente el texto relata de manera poética: “…sus cráneos fueron apilados como cerros y su sangre se hizo mar…”, una cláusula de guerra que tiene paralelos en inscripciones de Yaxchilán y Dos Pilas. El texto continúa conmemorando la dedicación de tres estelas en fechas importantes de fin de periodo, menciona los nombres de los padres de Aj Numsaaj y termina con una cláusula en el futuro, en donde el rey realiza un ritual para bendecir la tierra en el año 810 d. C. De esta manera el discurso político de Aj Numsaaj Chan K’ihnich quedó plasmado, buscando legitimar su poder a través del tiempo, garantizando que su legado trascendiera y reafirmar su derecho divino de gobernar al ser sucesor de los dioses fundadores de la dinastía.

Escritura y calendario

Los antiguos mayas crearon uno de los sistemas de escritura más hermosos en toda la historia de la humanidad. Es un sistema logosilábico, que prácticamente se conforma de dos tipos de signos: logogramas, que representan una palabra completa y tienen significado por ellos mismos; y sílabas, combinación de consonante-vocal que produce un sonido, las que, al unirse pueden formar palabras. El idioma en el que fueron escritos los textos del periodo Clásico deriva del maya común o protomaya, que tiene una filiación lingüística con la rama ch’olana oriental y guarda una estrecha relación con los idiomas ch’olti’ (extinto a finales del siglo XVI) y ch’orti’, actualmente hablado en las regiones de Camotán (Guatemala) y Copán (Honduras). Los epigrafistas se refieren a dicho idioma como ch’olti’ clásico o maya jeroglífico.

Los mayas usaban varios sistemas para contabilizar el tiempo. Entre los principales se encontraba la cuenta larga, que son los días transcurridos desde la fecha de la creación, el 14 de agosto de 3114 a. C. Además, utilizaban el tzolk’in, un calendario ritual de 260 días, y el haab’, un calendario solar de 365 días, agrupados en 18 meses de 20 días y uno de 5 llamado wayeb’.

Fragmento de estela

Tierras Bajas Mayas
Periodo Clásico Temprano (250-600 d. C.)
Representa una fecha en el formato de cuenta larga maya. El ejemplo que encontramos en este fragmento de estela presenta una fecha atípica en la cual no corresponde uno de los glifos de periodo, ni la posición del día del tzolk´in.

Cuenta larga

Tierras Bajas Mayas
Periodo Clásico Temprano (+- 406-425 d. C.)
En este fragmento, la fecha de cuenta larga empieza con un signo introductor, casi destruido, seguido por los periodos de tiempo, ordenados del mayor al menor. La destrucción de los coeficientes del winikhaab’ y del winal impide leer la fecha, que debe de situarse entre 406 y 425 d. C.

Contrahuella

Tierras Bajas Mayas
Periodo Clásico Tardío (700-900 d. C.)
Las escalinatas jeroglíficas narraban eventos importantes en la vida de los gobernantes mayas. En este fragmento de escalón se conserva la parte final de un número de distancia, es decir, una sucesión de días entre cada fecha registrada en el texto. El primer bloque corresponde a un verbo auxiliar leído como iuuht, “entonces ocurre”, seguido de una fecha en el calendario ritual de 260 días, llamado tzolk´in.

Plato calendárico

Tierras Bajas Mayas
Periodo Clásico Tardío (700-900 d. C.)
Al fondo de este plato se puede identificar la fecha 9 ajaw, día que corresponde al calendario ritual llamado tzolk´in, conformado por 260 días. El agujero al fondo del plato representa la muerte ritual del objeto, cumpliendo la función de permitir escapar el aliento vital del fallecido, y es común encontrarlo en ofrendas funerarias de la realeza

Cerámica estilo códice

La cerámica estilo códice representa una de las tradiciones pictóricas más sobresalientes en tiempos prehispánicos; la calidad de sus líneas y la caligrafía reflejan la maestría de los escribas, instruidos en las cortes reales junto a los gobernantes y demás miembros de la élite maya. El término “estilo códice” fue acuñado por el arqueólogo estadounidense Michael D. Coe, quien, al notar que dicha cerámica presentaba trazados en negro sobre fondo crema y franjas rojas que delimitaban las escenas, sugirió que fueron pintadas por la misma escuela de artistas que escribieron los códices. Muchos de los objetos que conocemos de dicho estilo cerámico fueron publicados por Coe en Lords of the UnderworldMasterpieces of the Classic Maya Ceramics (1978), así como por Francis Robicsek y Donald M. Hales en The Maya Book of the Dead (1981).

Vasos estilo códice

Tierras Bajas Mayas
Periodo Clásico Tardío (700-900 d. C.)
Según los textos jeroglíficos pintados en la superfice de estos vasos, su contenido fue cacao afrutado. El cacao constituyó una de las bebidas preferidas de la sociedad prehispánica y por supuesto, la favorita en las cortes reales.

Nombres y bebidas de la realeza

Los textos al borde de los vasos y platos polícromos del periodo Clásico son conocidos como Fórmulas Dedicatorias y referidos en un principio como Secuencia Primaria Estándar. Fue identificada por primera vez por el arqueólogo estadounidense Michael D. Coe, pionero en el estudio de los jeroglíficos mayas. Coe se percató del carácter repetitivo de los textos escritos en el borde de las vasijas mayas, identificando una secuencia de signos que en algunos casos se combinaban con otros jeroglíficos y variaban en su extensión, siendo algunos ejemplos más abreviados que otros.

Además de los nombres de reyes y escribas, el texto suele mencionar el tipo de bebida o comida contenida en la vasija, que comúnmente era kakaw, “cacao”. Sin embargo, dentro del amplio corpus de vasijas que presentan Fórmula Dedicatoria, encontramos muchas combinaciones de diferentes ingredientes, como atol de maíz, bebidas fermentadas, tamales y varias mezclas con chile, miel y pequeñas frutas silvestres.

El cuenco de la reina

Tierras Bajas Mayas
Periodo Clásico Tardío
(700-900 d. C.)
La inscripción jeroglífica de este pequeño cuenco con fondo crema, menciona que fue utilizado para beber atol por una señora de la nobleza llamada Ixik Chan Tz’un’un “Señora Cielo Colibrí” (Luin et. al 2018).

(A) a-ALAY-ya (B) T’AB-yi (C) u-tz’i-bi (D) na-ja-la (E) yu-k’i*-bi (F) ta-u-lu (G) IXIK (H) CHAN?-na (I) tz’u-nu

alay t’ab[aa]y utz’ibnaj[al] y-uk’ib ta ul ixik chan? tz’unu[‘n]

“Aquí se eleva la decoración de su vaso para beber atol de Ixik Chan(?) Tz’unu’n”

Vasija para tres cacaos

Tierras Bajas Mayas
Periodo Clásico Temprano
(250-600 d. C.)
Los textos jeroglíficos al borde de esta vasija mencionan que fue utilizada para beber cacao afrutado, cacao con maíz y cacao para reyes. El chocolate fue una de las bebidas más preciadas para los gobernantes mayas, por ese motivo, al final del texto se menciona un título nobiliario que representa a un rey de muchas sucesiones, garantizando de esta forma su linaje a través del tiempo.

(A) yu-ki- bi (B) [ta]yu-ta-li (C) ka²-wa (D) yu-k’i-bi (E) IXIM-TE’ (F) ka²-wa (G) yu-k’i-bi (H) ta-AJAW-TE’ (I) ka²-wa (J) 9-TZ’AK-bu-AJAW

y-uk’ib ta yutaal kakaw yuk’ib [ta] ixi[i]mte'[el] kakaw y-uk’ib ta ajawte’ kakaw bolon tz’akbu[ul] ajaw

“Su vaso para cacao afrutado, su vaso para cacao de maíz, su vaso para cacao de los señoríos, señor de muchas sucesiones”

Los espíritus Wahyis

En 1989, Stephen Houston y David Stuart lograron descifrar un enigmático jeroglífico, tomando en cuenta los complementos fonéticos que aparecen acompañando al signo principal, y llegaron a la conclusión de que su lectura debe de ser wahy. En el trabajo realizado por Houston y Stuart, los autores presentaron las entradas lexicográficas de esta palabra en diccionarios de idiomas mayas, encontrando términos asociados con “sueño, soñar, animal compañero, dormir, nagual, brujo y transformación por encantamiento”.

En 2005, David Stuart realzó los rasgos siniestros de estos personajes, vinculando a los wahyis con representaciones animadas de fuerzas oscuras, utilizadas por los hechiceros mayas, por medio de los cuales podrían ejercer influencia sobre otras personas y, tal vez, sobre otros gobernantes. Las cualidades de las entidades wahyis para provocar estos males se pueden observar en las características iconográficas de estos seres y a su vez en los jeroglíficos de sus nombres.

whayis

Tierras Bajas Mayas
Periodo Clásico Tardío
(700-900 d. C.)
Varios personajes wahyis son representados en este vaso. Entre ellos destaca un ser con ojo cerrado y su estómago hinchado, aspectos característicos de los muertos. Gracias a otros ejemplos sabemos que su nombre es Sitz Chamiiy “la muerte glotona”

Cuenco “Castillo”

Tierras Bajas Mayas
Periodo Clásico Tardío (700-900 d. C.)
Llamado así en honor a los fundadores del Museo Popol Vuh, presenta varios personajes wahyis. Cada uno de ellos tiene su nombre escrito enfrente, menos uno, que representa a un dios de la muerte que se autodecapita. Además, el texto bajo el borde menciona los nombres Jasaw Chan K’awiil, uno de los reyes más importantes de Tikal, y Sak Mo’, un famoso escriba de la realeza.

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